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EL PUEBLO APRISTA BAJO LA CONDUCCIÓN DE SUS LÍDERES ACUDE AL SEPELIO MÁS GRANDE NUESTRA HISTORIA REPUBLICANA |
HAYA NO HA MUERTO
VIVE CON NOSOTROS, EN SUS OBRAS, EN LA LUCHA DEL APRISMO PURO
SINCERO DE LAS JUVENTUDES.
ORACION DE DESPEDIDA A HAYA DE LA TORRE CUERPO PRESENTE, EN EL CONGRESO NACIONAL DE
LA REPUBLICA..."CON EL DOLOR DEL PUEBLO"
Por: CARLOS ENRIQUE MELGAR
Estoy
perplejo, no sé si hablarte a tu alma regada ya de cielo , o hablarle a tu
cuerpo que se aferra a la tierra. Estoy perplejo Víctor Raúl. No sé si estás
vivo o estás muerto; porque sobre la muerte hasta los dioses han tenido dudas ;
y yo las tengo aun mas, hoy que sentí clamar a tu pueblo, en la voz de sus
niños, de sus mujeres y sus hombres : Haya no ha muerto; ¡ Haya está vivo. Víctor
Raúl no ha muerto; él vive entre nosotros !
Te pregunto
compañero Jefe ¿estás vivo o estás muerto? Aguardaré por siempre tu respuesta ,
en tanto que, el Divino Hacedor deslinde este misterio que, por serlo de los
dioses, lo es mayor para los hombres. Quiero decirte por mi lo que pudiéramos
decir todos tus hijos : para los que en la vida sólo hicieron lo mejor, la
muerte es apenas un tránsito. Y tú hiciste siempre lo mejor en la vida, de tu
niñez a la juventud; de la cuna a la tumba. Hiciste lo mejor al entregarte con
sereno acatamiento a la lucha sin treguas por convertirte en defensor de los
humildes ; lo hiciste como creador de una doctrina y como apóstol perdurable de
tu causa. Hiciste lo mejor al cruzar la escarpa de los Andes para pulsar con
estremecimiento las plantas callosas del indio adolorido que roba sus aguas a
la tempestad para enterrar su semilla. Lo hiciste al mirar los ojos de las
llamas indias en cuyo reflejo te miraste para alzar tu vuelo de águila,
sacudiendo olores y obsequiando esperanzas. Y, ahora mismo, haces lo mejor con
tu cuerpo que recorre soberano por las calles que abriste para seguir tu cortejo
del Aula Magna a esta Plaza que te habla. Más de un millón de tus hermanos y
amigos han seguido este tramo, musitando dudas y afirmando fe. Y todo, porque
en la vida sólo hiciste lo mejor. Fue tu ley ; tu destino. Fuiste tú.
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De izq. a der: Andrés Townsend, Alfonso Ramos Alva, Armando Villanueva y Jorge Idiáquez |
Compañeros: Haya de
la Torre defendió con su vida la ley humana y pasa a la muerte confundido en la
ley divina. Así es: defendió con su vida los supremos valores que el ser humano
ansía consagrarlos con toda la fuerza de su alma : su libertad. Fajistas antes
y Japistas después, escuchamos de tu labio una proclama misionera: amen a la
libertad como el tesoro más grande de la existencia ; no sean esclavos de
nadie, ni siquiera de sus amigos ; no sean tiranos de nadie, ni siquiera de sus
perros. Es con esta calidad de libertad partidaria que nos proyectamos en todos
los actos de nuestra vida. ¡ Somos libre y lo seremos siempre !
Y el valor de la
justicia que inculcaste es parte activa en el estilo de nuestra libertad :
justicia aprista que no se abate, justicia aprista que no se rinde, que no se
intimida, que no capitula jamàs, ni ante el madero del Gólgota donde podamos
sucumbir como Cristo; ni ante las ramas del Rincòn de Olivos, donde podamos
colgarnos como Judas.
Amigos del partido:
vosotros bien podéis creer que Haya de la Torre este muerto; pero es a vosotros
que os alcanzo una reflexión. Haya de la Torre escapa de la tierra porque ella
le era ya estrecha para un luchador que engrandeció su existencia con todas las
fuerzas vitales de que es capaz el ser humano. Su inteligencia y sus
sentimientos ennoblecidos por la lucha, rebasaron largamente los estrechos
limites del convencionalismo humano, de ése que lo proscribió por mas de medio
siglo para reivindicarse hoy a la faz del mundo. El mismo acaso, debió escapar
a las pasiones para eximirnos de mayor brutalidad. Por todo esto, sus cenizas
se elevan purificadas y sus huesos se perfilan venerables hasta dar a nuestro
espíritu y a nuestro pensamiento. una dirección mística, a tono con lo que supo
vivir.
Hermano Jorge Idiáquez
; Tu sabes que a Víctor Raúl no le importo jamás la muerte, porque junto a
ti se jugo con ella, por casi medio siglo de enlutadas amenazas que llegaban de
pronto y pasaban de largo. Salvo ileso de todas las trampas impuestas por sus
viejos perseguidores, de las que forjaron nuestro martirologio y preconizaron
nuestro valor. Es que Víctor Raúl se había instalado tan definitivamente en su
mundo, que el más allá jamás lo inquietó; aquello no era sino su propio impulso
iniciado aquí en la tierra como un paso más de cada día hacia los confines de
la eternidad. Y hoy que la noche de la tumba parece atarlo de muerte, tu lo
sabes hermano Jorge, como lo saben todos los apristas, que el Jefe aún no ha
muerto, porque sigue risueño por nosotros: sonríe aún por nuestra
unidad sellada, sonríe por nuestra fraternidad invicta; sonríe porque la
victoria está cercana.
Querido viejo;
cuando tú naciste, ¿lo recuerdas?; todos reían, tú llorabas. Hoy con tu muerte
¿lo ves? todos lloran, tú ríes. Ríe Víctor Raúl, Patricio Universal de la Paz. Ríe
y vete con Dios riendo, al regazo de la gloria que guardará una inmortalidad.
¡ EN EL DOLOR
, HERMANOS!
¡¡¡HAYA ESTA CON
NOSOTROS, VIVE Y VENCERA!!!!
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